Investigando
sobre el talento, la profesionalidad y los aspectos en común que tienen las
personas que triunfan, que destacan, que son referentes en su áreas…, me he
encontrado con el kit de la cuestión y el núcleo de unión de todos ellos: La pasión.
La
pasión es el sentimiento que moviliza a la mente y al cuerpo, capaz de dominar
la voluntad de uno y atraer la voluntad de los otros.
El
psicólogo John Eliot, ya en su libro Overachievement profundiza
en la causa por la que personas admirables, líderes en sus actividades y
profesiones, logran el éxito y la excelencia.
“A menudo creemos que estas personas han sido dotadas de
especiales cualidades de origen genético, que nacieron "tocados con un
don", pero se ha demostrado que lo que realmente las hace brillantes es su
manera de pensar antes de actuar.”
Yo iría un poco más allá y diría que lo que les hace brillar es la pasión que les moviliza
a pensar y actuar de esa manera.
Podemos enumerar muchísimas cosas, temas, actividades que
nos ilusionan, pero la pasión va más allá, engloba algo más.
La
pasión es el nexo de unión y armonía entre lo que eres, sientes, piensas y
haces. Es la intención que te mueve, que te permite estar
atento a todo lo que te rodea en ese momento. Y conlleva un proceso cíclico:
Aquello a lo que prestas atención o más atención en tu vida, es lo que crece
más y más en ella.
¿Y
cómo sé cuál es mi Pasión? ¿Cómo la descubro?
La Pasión está conectada con tu propósito y filosofía de vida.
Es esa actividad que te permite experimentar satisfacción, gozo y una intensa felicidad. Tu Pasión es lo
que serías capaz de hacer aún sin que te pagasen, totalmente gratis. Es esa actividad que hace que te brillen
los ojos y se te acelere el corazón.
Sólo
tú puedes descubrirla.
Requiere hacer una prospección interna. Contestar
a estas preguntas te puede ayudar: ¿Qué te gusta hacer? ¿Qué te hace feliz?
¿Con qué te sientes satisfecho/a personalmente?
¿En qué eres bueno/a y a la vez disfrutas? ¿En qué pasas las horas sin darte
cuenta? ¿ A qué dedicas horas y ganas en tu vida?.
Pues
eso en lo que acabas de pensar, que te ha venido a la mente al reflexionar
sobre las preguntas: puede ser tu futuro talento, y seguro que ya es tu
habilidad, tú potencial. Ahora lo tienes que explotar.
¿Por qué es
la pasión la base del talento?. Yo diría que por dos motivos.
1) Si no hay pasión, no hay ilusión, y por lo tanto no
hay motivación. Como sabemos la motivación es el motor para la acción, y las
metas “sólo” se consiguen con acción. Y si las metas se alcanzasen por
imposiciones externas, por ayudas… la has conseguido pero no has destacado, y
si lo has hecho, durará poco.
2) Para destacar en algo, ese algo nos tiene que atraer.
Ya que el triunfo supone una gran inversión de tiempo, a veces también de
recursos, esfuerzo, atención y motivación y sin pasión volvemos al punto
anterior esto es imposible.
La
pasión es la base también para seguir creciendo, y alcanzando nuevos objetivos. La
gente que ha descubierto y trabajado su pasión, tiene potencial también para la
gestión de las emociones al menos en su campo de interés. Si, gestión de emociones o inteligencia
emocional, una de las inteligencias imprescindibles para crecer personal y
profesionalmente: la capacidad de controlar-gestionar nuestras emociones y de
las de las personas que tenemos en nuestro entorno.
Hay mucho talento sin descubrir o sin explotar. Esto se
debe a dos motivos principalmente:
1. Nos cuesta mirar a nuestro interior, realizar estas reflexiones internas.
2. Y sobre todo porque talento supone diferenciación, y
en la mayoría de los casos, es más cómo ser como la mayoría, hacer lo que
socialmente está estipulado….
Si queremos explotar todo nuestro potencial, tenemos que
acabar con estos dos puntos. Y no es tan complicado:
1. Para averiguar que nos apasiona tenemos que mirar
hacia nuestro interior, porque muchas veces lo mágico, lo inquietante se
encuentra en nosotros y no fuera, o si está fuera somos nosotros los que
tenemos que descubrirlo y aprovecharlo.
2. Claro está que las personas que han decidido triunfar han
decidido salir de su zona de confort, de su zona cómoda, de la zona en la que
nos movemos habitualmente. Y han decidido explorar otras zonas. Han sido valientes,
y trabajadores (porque dar un salto a lo desconocido requiere de ambos). Dar
ese salto permite alcanzar resultados, que no se pueden alcanzar en la zona de
confort. Cambiar de zona es lo que nos
permite el aprendizaje y la diferenciación.
Ya
sólo me queda desearos, que encontréis vuestra pasión y que gestionéis con éxito
vuestro talento.
