¿Especialización o
diversificación?
Cuando uno “acaba”
su formación, o finaliza su primera o más gruesa etapa de estudios, se
pregunta, en la mayoría de las ocasiones, “¿ y ahora como lo complemento, con un
área general o me especializo en un
sector?
Una pregunta
clave que se va repitiendo a lo largo de nuestra vida laboral. ¿Cuál es el
camino correcto, ampliar los conocimientos en otros campos paralelos, o centrar
los recursos a una parcela concreta y ser especialista?
¿Cuál es la
vía adecuada para un profesional o una persona que pretenda serlo: la diversificación
o la especialización?.
Desde el punto de vista semántico, especialización y
diversificación son dos términos aparentemente contradictorios y ambos (como
todo en esta vida) tienen ventajas e inconvenientes de cara a conseguir o
mejorar un puesto de trabajo. Pero yendo a lo que nos interesa ¿Cuál es el camino
más adecuado para el empleo?, ¿cuál es la decisión profesional más rentable?
La
especialización en el empleo permite optimizar todos los recursos de una persona
en un área de conocimiento y competencias. Esto permite profundizar y ser
referente en un puesto concreto, aumentar el nivel de experiencia, aportar mayor
calidad en su trabajo, una mejor terminación del producto o servicio, unos
resultados más profesionales y todo ello en un menor tiempo.
Pero la especialización en el trabajo puede arrastrar un riesgo, como el que
estamos viviendo en la actualidad. Sectores específicos han sufrido con mayor
dureza la crisis, y la reubicación de
los trabajadores especializados, está siendo complicada. En estos casos el
trabajador precisa de un reciclaje profesional para cambiar de especialidad en
su trabajo.
En
cuanto a la diversificación, esta nos permite no encajarnos, atarno a un sólo segmento de
mercado. Así evitamos el riesgo, mencionado en el parrafo anterior, de ser arrastrados por él en momentos de convulsión
de la economía. Con la diversificación tenemos la posibilidad de
re-adaptarnos a otros campos, a otras funciones, a otros puestos. Incluso dentro de una misma empresa que precise realizar nuevos
productos, ofrecer nuevos servicios, realizar cambios en la metodología…, se precisa personas que cuenten con conocimientos y competencias y distintos campos.
Como desventaja, también la vivimos en la actualidad: debido a
que hay mayor demanda de personas en desempleo, las empresas están poniendo
como requisito no sólo la experiencia en años, y en áreas o sectores muy concretos.
Lógicamente la diversificación puede ser más importante para la persona que
busca su primer empleo ya que le dará mayor número de opciones y una vez
encontrado este, lo más importante será irse especializando poco a poco en la
materia que más le interesa, que más opciones le aporta o que más le demanda la
organización en la que trabaja.
¿Y si cambiamos de enfoque y contemplamos este dilema en vez de cómo contradictorio,
como complementario?. En la actualidad es posible y además necesario contar con
ambas premisas: Diversificación y al mismo tiempo especialización.
Debemos conocer el campo de nuestra profesión en general y al mismo tiempo
especializarnos en un área concreta.
En mi caso seguí esta trayectoria: Psicología, recursos humanos y especialización
en orientación e inserción laboral. Hay no acaba porque después seguí y sigo ampliando
conocimientos en; Prevención de Riesgos Laborales, Coaching, Relaciones
Laborales, Igualdad de Oportunidades, Responsabilidad Social corporativa… y concretando en colectivos concretos: inmigración, discapacidad... competencias profesionales....,
Tampoco se trata de ser generalista y luego especialista, depende del
momento, depende de las exigencias nos tenemos que ir moldeando. Lo que si es
importante es trazarse una meta, bien definida y clara , para no perdernos en
el camino, y que se la que nos guie todo nuestro recorrido.
Polivalentes es lo que nos piden ser las empresas y el mercado actual en el
que nos movemos y es lo que debemos ofrecer, crecer a lo ancho , pero sobre
todo a lo alto, siempre dirigiéndonos a nuestra meta.
